Según la última Guía de Franquicias en España, elaborado por Barbadillo y Asociados, una de las mayores consultoras de franquicias de nuestro país, no es necesario una elevada inversión para poner en marcha una franquicia.
A pesar de que muchos asociamos una baja inversión al sector de la hostelería, lo cierto es que son aquellas que ofrecen servicios a empresas o a particulares, como asesorías, seguros o administración de fincas y otras como moda y complementos las que menor inversión requieren.
En oposición a lo que podría pensarse en un principio, precisamente son las franquicias relacionadas con el mundo de la hostelería las que requieren de una mayor cantidad de dinero inicial a la hora de abrirlas.
Según Santiago Barbadillo, en los últimos años se está produciendo un auge de las franquicias low cost y, tal como él asegura, esta situación obedece a la necesidad que tiene este sector de tener inversiones más bajas con locales más pequeños, con superficies inferiores a los 300 metros cuadrados, pero que también ofrezcan un servicio a domicilio o de take away.
Los restaurantes son más pequeños que hasta ahora. Uno de cada tres no supera los 50 metros cuadrados; el 31,5% tiene una superficie comprendida entre los 50 y los 100 metros cuadrados y el 32% está por encima de los 100 metros cuadrados. Pero, además, tiene una importancia capital su ubicación; normalmente, se trata de locales ubicados en zonas con mucho tránsito, por ejemplo zonas de oficinas o en zonas céntricas de grandes ciudades.
Estas cifras desmitifican la idea preconcebida de que emprender a través de una franquicia es caro. No obstante, y aunque buena parte de ellas no exigen una inversión demasiado elevada, de hasta 60.000 euros, la cantidad aumenta de manera significativa si se añaden costes no presupuestados, aunque sí necesarios para poner en marcha la empresa, como el acondicionamiento del local o el pago del IVA.
FUENTE: PYMES Y AUTÓNOMOS
